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Ceramica Piurana

Conociendo más de nuestra cerámica Piurana

En nuestro hermoso departamento de Piura, se encuentran dos pueblos artesanales, que por las propiedades, características y calidad de sus trabajos, se han convertido en los centros de visitas de los miles de turistas nacionales y extranjeros que llegan a nuestra cálida y soleada tierra, deseosos de conocer nuestra cerámica y llevarse algunos de estos finos trabajos de barro, que ya tienen fama a nivel mundial.

Nos referimos a los pueblos piuranos de Catacaos y La Encantada.

Catacaos .- Este atrayente pueblo, se ubica a 12 Km. de la ciudad de Piura y cuenta con una antigüedad de más de 170 años.  Se caracteriza fundamentalmente por ser una tierra de hijos artesanos y ceramistas, que arrastran las raíces de sus antepasados Los Tallanes.  En sus cerámicas los pobladores plasman en el barro, sus costumbres cotidianas o quehaceres diarios, asi tenemos por ejemplo, trabajos artísticos con representaciones de una chola catacada, preparando la famosa chicha de jora, o el campesino cataquense con su carreta halada del burro, etc.;  los mismos que luego exhiben en la tradicional e histórica Calle Comercio, que es la principal travesía de todo visitante, que llega al atractivo y colorido pueblo de Catacaos.

Pero al hablar de Catacaos, no podemos dejar de mencionar al caserío de Simbilá, el cual se ubica unos minutos antes de llegar a Catacaos, a un lado izquierdo de la pista, donde sus habitantes en su mayoría  se dedican a la fabricación de objetos hechos de barro, mas conocida como la Alfarería. y es reconocida por la técnica del paleteo

Ellos utilizan sus casas o ramadas hechas a base de palos de algarrobo y pájaro bobo con barro, para confeccionar sus tinajas, tinajones, jarrones, jarras, ollas, cántaros y maceteros de todos los tamaños, cuyo proceso de fabricación tiene 4 partes:

1.       Preparan la arcilla con arena que traen de la Legua.  Este proceso lo realizan sentados en el suelo y con el barro en sus faldas, condición que les da la comodidad necesaria para el moldeo de sus piezas.

2.     Con ayuda de la paleta y un trapo húmedo alijan y pulen las piezas, pintándolas luego con el “lustramadre” y así adquieran el color rojizo tradicional en forma uniforme.

   3. Las dejan secar al sol por un promedio de 04 días.

4.     Una vez seca, se llevan 12 horas a un horno artesanal confeccionado por ellos mismos, empleando para su cocción leña de zapote o de algarrobo y se queman a una temperatura de entre 700 y 900o C aproximadamente.

Después de este procedimiento las piezas están listas para su venta, la misma que puede oscilar entre 2 y 12 nuevos soles, según el tamaño.(Rolando Gutiérrez Pasapera)

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