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Ceramica Piurana

Aspectos culturales de la cerámica

Como todo objeto manufacturado por el hombre, la cerámica debía cumplir ciertos requisitos y usos (funciones) en la sociedad que los elaboró. La cerámica debía ser uno de los materiales donde se representaban ideas y creencias religiosas; ella y otros materiales presentan a lo largo de la prehistoria, en casi todos sus períodos, elementos y detalles de su "panteón". La decoración que se plasmaba en la cerámica obedecía, sin duda, a una tendencia socialmente aceptada de representar a los elementos sobrenaturales, en la mayoría de los casos animales antropomorfos (humanizados).

Ha sido bastante simple para los arqueólogos concluir que la simbología representada en la cerámica, y otros materiales, responde a concepciones culturales; lo más difícil es haber podido interpretar esas imágenes en los contextos (lugares) donde éstas piezas cumplieran el uso (función) para la que fueron elaborados. Existen tres situaciones donde se ha podido encontrar éstas piezas "finas" en los lugares donde fueron originalmente colocados por los hombres de aquellas sociedades: en los entierros, donde las piezas ricas en iconografía (simbología), inaccesibles al mundo profano (mundo en que vivimos) pasan a ser acompañantes de los difuntos en mundos ultra terrenales; como ofrendas votivas en galerías cerradas en centros ceremoniales, difícilmente accesibles a personas de clases no dirigentes (el caso de las piezas de cerámica en la Galería de las Ofrendas a uno de los lados del Poza Circular de Chavín de Huántar); y, un tercer caso, como ofrendas votivas a construcciones de carácter monumental: una ampliación de un monumento ó su enterramiento ritual (para clausurarlo) supone ofrendas de cerámica "fina", como se ha registrado en varios casos. La cerámica doméstica ha sido hallada sobretodo en lugares de cocción de alimentos ó de viviendas.

La confección de las piezas complejas supone un grupo restringido de artesanos especializados, cuya labor es reproducir acciones de los dioses en varias situaciones y combinaciones de elementos; esto requiere que los artesanos estuvieran en contacto con modelos plásticos con los rasgos en boga (hay gran variación en las representaciones, que cambian en el tiempo: forma de ojos, de fauces y otros detalles en un mismo grupo cultural) y en contacto directo con aquellos personajes que dirigen y organizan la vida religiosa.

Otro genero de cerámica lo constituye la cerámica utilitaria cuya confección estaría organizada en niveles domésticos y familiares. En éste caso, los arqueólogos también buscan encontrar cuales son las constantes formales en la confección de ollas, cantaros y platos. Se interpretan como cerámica de uso cotidiano para las diversas labores de un hogar, para uso de almacenamiento de alimentos a nivel familiar, comunal ó estatal (éste último caso se ha documentado en los depósitos de chicha que se encontraron en el sitio administrativo Inca de Huánuco Pampa). Su identificación es resultado de la excavación en sectores domésticos de un asentamiento: en el mismo recinto donde se encuentra un fogón con restos de ceniza, se documenta ollas con huellas de carbón y, si no se han desintegrado aún, restos de plantas y de animales consumidos.

Asimismo, en un marco espacial amplio, como toda una aldea ó un asentamiento urbano, las diferencias de uso (función) de los recintos arquitectónicos puede estar estrechamente relacionado con el tipo de piezas cerámicas; ello es claro con las piezas utilitarias, pero es aún más interesante en el caso de la identificación de talleres de ceramistas, con todo un conjunto de instrumentos, como se ve en el asentamiento Wari de Conchopata. El tipo de cerámica encontrada en un sitio, segregándola entre decorada y no decorada, en conjunción con el tipo de arquitectura ha sido esencial par identificar diferencias de sectores arquitectónicos entre clases sociales.

Los entierros son el contexto que mejor demuestra lo restringido del uso cotidiano de la cerámica "fina". Las vasijas adquieren, al ser enterradas, una primera función, si son confeccionadas especialmente para el rito funerario, ó una segunda, si han tenido un uso ritual público ó privado anterior; pero finalmente el rito implica la ultima función donde las piezas serán "selladas" y puestas fuera de uso. Son piezas "ofrendadas" que tienen una carga ideológica muy importante y restringida únicamente al mundo de los difuntos y sector de la élite religiosa.

Lo interesante es cuando los entierros no son demasiado grandes, y de personajes de bajo rango: hay mayor tendencia a integrar en el ajuar funerario piezas utilitarias, muchas de las cuales tienen huellas de haber sido usadas. En éstos casos, la cerámica utilitaria se convierte en cerámica funeraria. La duración de vida de una pieza de cerámica puede variar según la función para la que haya sido elaborada.

Las piezas que integran la C X provienen, seguramente, en casi su totalidad, de entierros que han sido profanados. La representatividad de las piezas de cada cultura, es lógicamente menor, pues además poco es lo que se conoce de la cerámica doméstica, que mas bien resulta de las excavaciones arqueológicas.

(Rolando Martín Gutiérrez Pasapera).

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